28 de Abril de 2024
Una opinión diferente
Por: Isael Petronio Cantú Nájera

Hitler redivivo

01 Jul 2022 / *El apoyo a la gran burguesía de parte de quienes profesan la religión judía no es extraña, ellos mismos suelen ser personas de gran poder económico; lo que sí es extraño y contradictorio, es que utilicen el discurso nazifascista para apuntalar un sistema que siempre los ha utilizado como chivos expiatorios

Por razones psicológicas poco exploradas e ideológicas identificadas con un capitalismo rampante, racista y xenofóbico, el pensamiento hitleriano impregna la narrativa occidental entre la guerra Rusia-Ucrania y la Derecha vs Izquierda en América y en México particularmente.

El discurso de Biden, por ejemplo, recargado de una retórica por la cultura democrática, se derrumba como castillo de naipes ante las últimas resoluciones de la Suprema Corte de Justicia que hecha abajo los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y apenas ayer, le pone límites para incidir en políticas medioambientales para enfrentar el atroz cambio climático; el índice S&P500 cae 20.6% en su peor caída desde 1970 y mientras abre las puertas a los migrantes ucranianos (güeros y rubios) deja morir a media centena de morenos latinoamericanos… eso no es todo, pues en medio de la crisis civilizatoria y la pandemia: la acumulación de la riqueza en unas cuantas manos e industrias: el 10% más rico posee el ¡74% de toda la riqueza! así lo reconoce el Informe sobre la Desigualdad Global 2022 (https://dds.cepal.org/redesoc/publicacion?id=5585); y donde la mitad más pobre de la población mundial solo posee el 2% de la riqueza total… ¿De qué democracia estamos hablando entonces?

Resulta obvio, que estamos hablando de la democracia capitalista, la democracia del dinero y del control por parte de los centros de pensamiento capitalista, donde el supuesto electoral prima sobre el supuesto social y donde, el valor único e igual del voto, se ve comercializado en el mercado, donde el cliente, perfecto analfabeta político cree tener el control sobre su decisión política, donde, finalmente como en el “Black Friday”, derrocha su capital político en compras de pánico, no importa que la mercancía sea simple basura o esté descompuesta o sea “refurbished”.

Todo eso lo saben los “intelectuales orgánicos”, los ideólogos, los investigadores sociales; pues conocen bien los datos de los niveles educativos de las poblaciones, de los índices de pobreza y de pobreza extrema y además: las tensiones emocionales en las que viven, las masas, al “aspirar” a ser: tan ricos, tan bonitos o bonitas, tan poderosos, tan sensuales como Elon Musk o Reese Whiterspoon… y que peor que ganarse el premio mayor, nunca lo serán, pues la lógica del capitalismo no es democratizar las ganancias y menos el bien común: sino concentrar aún más el dinero y el poder.

Los ideólogos y propagandistas nazis como Joseph Goebbels o los fascistas como Giovanni Gentile, en una supuesta revuelta contra la burguesía, en su momento histórico, enaltecieron a Hitler y Mussolini, no con la idea de lograr una nueva sociedad civil fortalecida, educada, crítica, igualitaria política y económicamente, capaz de crear una auténtica gobernanza democrática, no, sino una masa enceguecida por los efectos propagandísticos al presentarlos. Los resultados los conocemos tanto por el Holocausto, como por la rapiña sobre los bienes de la gente… la pobreza y las miserias de la posguerra la narra muy bien Curzio Malaparte; en cuanto al Totalitarismo le debemos a Hanna Arendt las más profundas reflexiones sobre el fenómeno.

¿Ha cambiado ese discurso nazifascista utilizado por las élites ante los cambios profundos que exigen las grandes masas de depauperados? ¡Para nada! Por el contrario se ha fortalecido con las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC) y de un cine mediocre de superhéroes contra “aliens” o la reproducción maniquea entre buenos y malos cuyos límites están, por demás, difuminados.

Los efectos propagandísticos sobre sectores de la sociedad de ese discurso nazifascista no se hacen esperar y llama la atención que, dentro de las víctimas judías del Holocausto, un judío converso termine utilizándolas y diga al unísono con Goebbels y Gentile que la mentira puede ser verdad. ¡Nada más execrable!

Las luchas sociales por alcanzar la igualdad y una auténtica democracia social (Trabajo y salario digno, educación en altos niveles académicos, igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, Justicia social y equidad) se seguirán dando en todo el mundo y aquí en México de manera más aguda y dramática entre los conservadores del viejo régimen y los constructores de un nuevo Estado Social y Democrático de Derecho; en medio, las grandes masas empobrecidas que escuchan, leen, participan del nuevo cambio, ayudarán a decir el rumbo y como David contra Goliat, una minúscula piedra marca la diferencia… esa piedra es sin duda: ¡La verdad!

Y esta verdad, tiene que ver con la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza que se produce en cada nación y en el mundo a partir de la explotación de la fuerza de trabajo; por ello, desde la remota antigüedad el principio de apoyar primero a los pobres sigue siendo válido y se alinea con la definición de la justicia distributiva que el capitalismo neoliberal no prevé y que un Estado Social si puede impulsarlo.

El apoyo a la gran burguesía de parte de quienes profesan la religión judía no es extraña, ellos mismos suelen ser personas de gran poder económico; lo que sí es extraño y contradictorio, es que utilicen el discurso nazifascista para apuntalar un sistema que siempre los ha utilizado como chivos expiatorios, donde sus fortunas son repartidas entre los piratas. Sin duda, son tiempos de matar definitivamente a Hitler y su ideología.

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